5 jun 2007

Ultimo tema Prejuxc. (Sabado 2 Junio 2007)

SABOREAR A DIOS EN LOS SALMOS

El señor es mi pastor, nada me ha da faltar:
En verdes praderas me hace recostar;
Me conduce hacia fuentes tranquilas
Y repara mis fuerzas;
Me guía por el sendero justo,
Por el honor de su nombre.

Aunque camine por cañadas oscuras,
Nada temo porque tú vas conmigo:
Tu vara y tu cayado me sosiegan.

Preparas una mesa ante mí
Enfrente de mis enemigos;
Me unges la cabeza con perfume,
Y mi copa rebosa.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
Todos los días de mi vida,
Y habitare en la casa del señor
Por año sin término.
(Salmo 22)

Un nuevo día despierta en nosotros una expectación esperanzada, mezclada de cierta inquietud: ¿Qué nos sucederá hoy?

¿Nos acechara algún peligro en nuestro camino, en el de las personas que amamos?
¿Llegamos al final del día, del año, del recorrido programado, sin tropiezos?

El salmo 22 nos ofrece una alternativa a nuestro deseo de un horóscopo de la suerte. Que en vez de tratar de adivinar el futuro, el salmo nos invita a dirigir la mirada hacia lo que ya hemos vivido, y a descubrir ahí la experiencia de haber sido conducidos, acompañados, guiados por una mano segura y protectora. El paso se convierte en referencia que nos llena de paz, en posibilidad para recorrer la vida con una serenidad agradecida y gozosa.

Para rezar el salmo:

1. Leer el salmo para familiarizarnos con él. Fijarse en las dos imágenes que emplea para hablar de Dios:
El pastor que conduce su rebaño.
Alguien que acoge a un huésped, lo alimenta, lo trata con efecto y lo defiende de sus enemigos.

2. El señor me ha pastoreado desde mi nacimiento hasta hoy, decía Jacob cuando estaba a punto de morir (Gn 48,15). Dedicar un tiempo tranquilo a recorrer la historia de nuestra en esta clave:

- ¿Qué situaciones y lugares de tu vida podrías calificar de prados de hierba fresca? ¿En qué momentos te has sentido guiado, acompañado, cuidado y defendido, con tu copa llena a rebosar?
- Recuerda también las etapas de cañadas oscuras. ¿Qué vara o cayado del pastor te ayudó entonces a permanecer y a seguir adelante?

3. Todos tenemos a nuestro lado personas que nos necesitan: en la familia, en el grupo, en el colegio, universidad o trabajo. Pensemos como podemos ser para ellos como el pastor del que habla el salmo, o como el que ofrece acogida, comprensión, atención al que llama a nuestra puerta buscando ayuda y amistad.